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El día de los consagrados internos
Oración
La oración litúrgica marca el ritmo del tiempo en nuestros Oasis, con la celebración Eucarística y el rezo comunitario de la Liturgia de las Horas. La oración se prolonga luego en la adoración eucarística continua durante todo el día, en la meditación de las Sagradas Escrituras, en el rezo cotidiano del Santo Rosario.
RdV 18
Pedimos al Señor que alcance el estado de oración continua, transformando nuestra intercesión en oración del corazón, que se desarrolla tanto en la dimensión personal como comunitaria.
Trabajo
El trabajo, ya sea manual, intelectual, pastoral o artístico, es colaboración con Dios, Padre providente, y es en sí mismo una obra de paz. Las tareas encomendadas a los hermanos y hermanas de los Oasis son las más diversas: servicios domésticos ordinarios, huerta, artesanía, iconografía, investigación científica, colaboración con parroquias y diócesis. Sobre todo, hay un gran espacio para la hospitalidad, con la organización de retiros espirituales y el acompañamiento de personas y grupos. Además, en las casas de Brasil y Camerún, las personas consagradas coordinan varios proyectos de asistencia local a los más pobres.
RdV 34
Nuestros recursos económicos son la confianza en Dios y el abandono pleno y continuo en la Divina Providencia, seguros de que si vivimos de la fe y de la oración, comprometidos con el Evangelio de la Paz, trabajando con las manos y haciendo uso de las capacidades intelectuales, artísticas y pastorales, el Señor no sólo no hará que nos falte lo necesario, sino que también nos permitirá compartir sus dones con los más pobres.
Vida Fraterna
El espíritu de familia y fraternidad que distingue a los Oasis descansa en el compromiso de cada uno de sus miembros para construir la comunión en la caridad, en el abandono de sí mismo, en el cuidado del otro. Para crecer en este compromiso común, los hermanos y hermanas se reúnen semanalmente en encuentros de verificación, de compartir, de planificación o simplemente, para experimentar la alegría de estar juntos.
RdV 46
La vida fraterna en común de los hermanos y hermanas célibes es una gracia de vocación que se funda en el proyecto que la Reina de la Paz tiene para nosotros, como personas y como comunidad, y se salvaguarda en el clima de fé y de oración, de mortificación (cf Col 3, 5-11), de corrección fraterna y de comunión intensa, con la mirada y la invocación dirigidas a María Santísima y a san José.