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Hermanos y hermanas consagrados
Consagrados internos
Los hermanos (algunos de los cuales son presbíteros) y las hermanas consagradas internas viven en comunidades residenciales, llamadas "Oasis de paz", conjugando, en la organización de espacios, tiempos y tareas, distinción de sexos, cultura y comunión, en el desafío de reciprocidad. Consagrados a Dios con los votos de castidad, pobreza y obediencia, sirven a la Iglesia en el ministerio de la intercesión, en la ofrenda de la vida y en la acogida de los que buscan la paz, en un ambiente sobrio, contemplativo y, juntos, fraterno y familiar. Un cuarto voto específico, el de ser paz e interceder por la paz, recoge y expresa este compromiso carismático.
RdV 4
Con María, imploremos al Señor el don de la Paz, es decir, la renovación espiritual de la Iglesia para la conversión y reconciliación del mundo entero con Dios Cómo nació la Iglesia en la escuela de oración de María (cf. Hch 1,14), así también nosotros acogemos la invitación de la Madre de la Iglesia a volver con ella al Cenáculo, para aprender de ella y con ella la profundidad de la oración en el Espíritu.